Siempre es importante protegerse los ojos de los dañinos rayos ultravioleta, pero en el monte –donde existen factores agravantes como la nieve o la altitud– esta necesidad es aún mayor. Este artículo te ayudará a la correcta elección de unas buenas gafas de sol para las actividades outdoor.
 
 
Al aire libre los ojos están a merced de elementos como vientopolvoproyectiles en forma de insectos, ramas, piedrecitas… pero, sobre todo, expuestos a peligrosas radiaciones. La nieve y el hielo se convierten, además, en espejos que reflejan la luminosidad y el efecto de los rayos del sol, muchas veces amplificando su destructiva acción sobre unas herramientas para las que no existe recambio: tus ojos.
 

La exposición ininterrumpida a los rayos ultravioleta puede producir daños severos entre los que están la ceguera temporal y, por supuesto, también la permanente en los casos más graves.

Las actividades practicadas en la naturaleza exigen, pues, escoger unas gafas con filtro de alta calidad, que envuelvan bien y protejan, tanto por los laterales como por la parte inferior, de la luz reflejada. Con patillas y puente regulables, si es posible, para conseguir mejor adaptación; bien ventiladas para evitar que se empañen en un momento crucial y con alta luminosidad o incluso transparentes, que protejan tus ojos de los rayos y también de eventuales proyecciones, si las ascensiones, recorridos o escaladas se desarrollan en lugares sombríos o poco soleados.

 

 

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